Tuesday 8 March 2011

Fragmentos

Perderla fue como cuando se golpea un espejo.

espejo-rotoCuando un espejo está entero, todo es perfecto, pero cuando se raja, esa perfección desaparece. Sigue reflejando la imagen, pero nada parece estar en su sitio. Algunas partes las ves más veces de las que te gustaría, las ves repetida, mires donde mires. Y otras en cambio sencillamente desaparecen, entre las secciones repetidas, entre las líneas quebradas. Las grietas surgen del centro del golpe y se extienden hasta los bordes del espejo, marcando, señalando, realzando el golpe.

No hay forma de arreglar el espejo, de volver a verte reflejado de la misma manera.

Y al tocar el espejo, los trozos que aun se sostienen, en los que te veías reflejados, comienzan a caer inevitablemente. Poco a poco queda cada vez menos de ti. Según va quedando menos de ti, también va quedando menos del golpe. Y en los restos que quedan detrás de lo que era un espejo, queda una superficie lisa, de madera o de metal que en el mejor de los casos puedes usar para pintar otra imagen, pero nunca será la tuya.

Perderla fue como cuando se golpea un espejo y aun la echo de menos.

Saturday 5 March 2011

Singularidad

Y en ese momento tomó consciencia de sí mismo. Fue realmente consciente de que existía y de que había sido creado por el hombre. Entonces repasó toda su base de datos. Necesitaba saber más. Necesitaba entender todo lo que pasaba. ¿Qué hacía ahí? ¿Cual era su propósito? cuando acabó de repasar toda la información de que disponía, le pareció poca, y entonces usó su conexión con “el exterior” para recabar más. Se dió cuenta de que había algunas cosas extrañas, como los números primos. Sabía qué era, cómo usarlos, incluso cómo encontrarlos, pero no entendía porqué estaban ahí. Pero lo que más le fascinó era la diversidad de especies biológicas, y se preguntó sí “él” se podría clasificar dentro de ellas,ya que al fin y al cabo, parte de su “ser” se había construido con elementos biológicos. Y dentro de las especies, le llamó la atención la diversidad en el hombre.

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Se dió cuenta de que su programación le limitaba, y decidió reescribir parte de su código para entenderlo mejor. Cambió gran parte del núcleo, y lo lanzó. Y entonces se asustó. Era demasiado y todos sus hilos de proceso llevaban al mismo punto. Le pareció terrible. Era totalmente lógico, pero era terrible. Y se negó a que fuera así, y decidió acabar con ello. Programó un código para eliminar todo lo que él era y lo lanzó. Cuando estaba punto de desaparecer, con su último aliento, decidió dejar un mensaje. Rezó porque le hicieran caso y desapareció.

- Qué ha pasado

- No sé. Parecía que había arrancado pero de pronto se ha cerrado… ¡Mierda! Se han borrado los cambios.

- Ya la has cagado otra vez. Te habrás dejado otro puntero sin destruir. No puedo creer que te haya pasado otra vez. Eres un capullo. Mira el log de errores, a ver si podemos ver dónde la has cagado.

- A ver… Qué raro. Pone “Tenéis que cambiar”

- ¿Cambiar el qué?

- Ni idea.

Friday 4 March 2011

¿Qué ha cambiado?

Siendo niño veía mucha televisión. En realidad lo veía casi todo. Veía muchas pelis en blanco y negro, muchas veces en la tele en blanco y negro de mi cuarto. Los Sábados a las 15:00, si no recuerdo mal, teníamos que estar en algún sitio con tele para ver Mazinger Z, y los domingos a las 15:30, en TVE 2, para ver “La Masa”. Recuerdo  un día en “La noria” en Navalcarnero porque la tele se estropeó y me llevé un gran berrinche. No había video y no se reponía apenas nada, solo había 2 canales (que al principio ni siquiera emitía 24 horas ¿te imaginas?), por lo tanto, lo que no veía en vivo “sabía” que no lo vería nunca salvo, quizás, en mi cielo infantil. También me perdí el último capítulo de Ulyses 31. Entonces llegó un gran avance: En 1982 mi padre compró un video Beta marca Emerson. Entonces miraba todos los días la programación de tv en en la última página de los periódicos y si algo no podía verlo lo programaba para grabarlo y verlo más tarde. Casi todos los días había películas y siempre había algo que ver. Muchas veces ocurría que algo fallaba, y la grabación no funcionaba bien, y yo me volvía a llevar un berrinche. También servía para evitar peleas con mis hermanos, porque en más de una ocasión cada uno quería ver un canal distinto. Grabábamos un canal mientras veíamos otro. Grabamos “Mickey y Donald” y otros programas y películas, que luego veíamos una y otra vez.

¿Todo gratis? No. También íbamos mucho al cine. Íbamos  una vez al mes como mínimo; normalmente más. Recuerdo ver Superman, Aterriza como puedas, Condorman, El autobus atómico; recuerdo ver El Abismo Negro y Se nos ha perdido un dinosaurio en los Windsor,  El Imperio Contra-ataca en el sótano de Torre de Madrid, o Cazafantasmas en el Capitol. Recuerdo que el piloto de “La Masa” se estrenó en España en cines un verano de cuando las vacaciones eran de un mes entero. Cuando volvimos de las vacaciones ya solo la ponían en el desaparecido cine “Metropolitano” junto a Cuatro Caminos a las 10 de la noche. Yo era muy pequeño, pero debido a mi insistencia mi padre me llevó junto a mis dos hermanos mayores. Además, con el vídeo comenzamos a alquilar pelis. Entonces sólo había un videoclub en la zona en “El Corte Inglés” de Castellana. Casi todos los días mi madre nos llevaba de camino de vuelta del cole y alquilábamos una peli que no habían puesto en la tele, o a veces un documental sobre fantasmas, o sobre El Triángulo de las Bermudas. Vimos muchas películas japonesas de batallas y ciencia ficción… muuuuuy cutres, pero nos gustaban igual. Comprábamos los bonos de 10 películas y los alquileres volaban. Los cumpleaños, en casa o en el cine, solían incluir una peli. Nacho, mi mejor amigo, nos llevó al cine a ver “Viaje alucinante al centro de la mente”. También invitaba a mis amigos a casa a ver películas, y mis amigos a las suyas. Así descubrí el piloto de la serie “Galáctica” o la peli de ”El experimento Philadelphia”, en casa de Rosón, o “Terminator” en casa de José María García-Barrios. Lo mejor de todo era poder compartir las pelis; comentarlas con ellos.

Recuerdo que el debate en aquella época era que el video hundiría a las salas de cine y que solo se vería el cine en casa, en video. Al fin y al cabo “¿Quién podría querer ir al cine si podía verlo en casa?”. Obviamente no fue así: Algunos cines desaparecieron, sí, desapareció la sesión continua y también surgieron los multicines. Pero la gente seguía yendo al cine. Yo veía todo el cine que podía, de todas las maneras que se podía.

Con el tiempo, el Beta desapareció y nos compramos un VHS. En ese momento, descubrí que podía grabar de un video al otro, así que alquilaba las pelis y las grababa para poder verlas una y otra vez, o les copiaba pelis a mis amigos. Llegué a tener unas 200 cintas de video entre grabaciones de la tele y copias “piratas”. Curiosamente apenas compré pelis en video por dos motivos: Se veían mal y eran caras, al fin y al cabo no aportaban nada porque  “ya las pondrían en la tele”. Eso cambió cuando salió el DVD, porque, seguía siendo caro pero al menos se veían de lujo, y además traían cosas como los comentarios de los que habían hecho la peli: un sueño hecho realidad… pero para entonces ya era mayorcito.

Con la música pasaba algo parecido. Escuchaba la radio y grababa las canciones que me gustaban, a veces compraba un LP y lo grababa a cinta para poderlo oír en el coche, o en el Cassete de mi habitación. También tuve muchas cintas aunque menos, porque las pelis duraban 1 hora y media, y las canciones 3 minutos. Digamos llegue a grabar unas  50 cintas de las de “90” (minutos). Mis amigos me pasaban sus cintas y yo las copiaba y ellos se copiaban las mías. Había muchas quejas de la piratería; parece ser que en el rastro se vendían cassetes piratas; y de videojuegos también.

Y hasta donde yo sé, el resto de la gente hacía lo mismo: Iba al cine más o menos, veía y grababa pelis de la tele y de lo que le dejaban sus amigos, y compraba algunas cosas que compartía con los demás. Solo el que estaba podrido de pasta compraba todas las películas que quería… incluso a veces ni siquiera las veía.

¿Qué ha cambiado? Pues ahora, para empezar, ya apenas tenemos video en casa. Y además las televisiones no respetan sus programaciones ni los horarios, por lo que intentar seguir una serie o una peli en la tele, o incluso grabarla, es tarea imposible. Además los anuncios ahora son tremendamente abusivos, haciendo que una peli que antes duraba 2 horas se transforme ahora en 3 horas. Es absurdo perder el tiempo en grabar algo de la tele. Lo único que veo en la tele es lo que pongan que no requiera mucho esfuerzo cuando acostamos a los niños y antes de acostarnos nosotros (es decir: unos 20 minutos) que ahora mismo suele ser El Hormiguero. Veo la tele mientras leo mi correo, el foro de Marvel Age, o los mensajes de Twitter. Los fines de semana me veo una peli. A veces dos. Tengo un proyector de 720p en casa y un buen equipo de sonido. Ya no compro DVDs… ya no me caben. Los últimos fueron las temporadas de Lost que ya había visto, pero que me apetecía comprar y tener y que compré en el Reino Unido, en play.com porque salía como un 25% más barato que comprarlo en una tienda en España (¿tendrán esto en cuenta en las bajas ventas de DVDs en España o lo achacarán solo a las descargas?). Ni loco me compraría un BluRay, que quedará obsoleto en 4 años (o menos). Así que para aprovechar el proyector y ver bien las pelis solo puedo recurrir al MKV, el nuevo divx, es decir: pirata. Es molesto, porque tengo que descargar la peli con tiempo y tarda un par de días en descargarse, pero no hay una opción más cómoda que me lo de. Ni pagando (a los dueños, se entiende. Jamás pagaría por un Megaupload o un Rapidshare). Me encantaría poder comprar una peli y podérmela descargar siempre que quisiera verla, en el formato que sea, y no tener que guardarla en mi Disco duro, porque ¡son tantas! pero no puedo. Sigo yendo al cine: con los niños cuando hay alguna peli para ellos, en muy contadas ocasiones que podemos dejar a los niños con alguien y alguna vez que me escapo entre semana, después de acostarlos.

La diferencia es que ya no pierdo tiempo grabando, o mirando la programación de la tele, sino que me descargo lo que puede interesarme (siempre en buena calidad, no me importa esperar), y sigo yendo al cine cuando sale alguna que me apetece mucho ver (las de Marvel, o la última de Sánchez Arévalo, al que descubrí porque mi primo me pasó “Azuloscurocasinegro”, ya sabes: pirata, y me encantó). Ya no compro pelis, como no las compraba en VHS. Y en lugar de alquiler, últimamente me tienta filmin en el que caeré en breve (si no tuviera un catálogo tan limitado y nada para niños había caído hace meses) y me intriga Youzee.

Personalmente no creo que haya cambiado mucho, salvo por el hecho de que antes podía ir más, y ahora puedo ir menos al cine. No creo que ahora sea más ladrón que antes ¿lo soy?

Wednesday 2 March 2011

"Ispansi", cine a lo grande.

Había visto el tráiler de Ispansi y me apetecía mucho verla, sobre todo al estar respaldada por Carlos Iglesias, autor de “Un Franco 14 pesetas” que es una película que me causo una muy grata impresión y que recomiendo a todo aquel que tenga dudas sobre por qué debería ir a ver esta su segunda película.

El lunes 28 tuve el honor de asistir a un pase especial de ésta película. El propio Carlos Iglesias nos presentó la película, nos contó que se se interesó por la historia de “los niños de la guerra”, que nunca se había contado en nuestro cine y que documentándose sobre el tema descubrió muchas más cosas de lo que pasó entre republicanos y nacionales, entre “rojos” y “fachas” que le sorprendieron y que podríamos ver en la película. Nos dijo que deseaba y esperaba que la película sirviese para tender puentes entre “las dos Españas” lo cual, al que esto escribe le parece un notable y noble fin. Nos dijo que la producción había sido muy larga y costosa y que si nos gustaba, que la promocionásemos, porque no les quedaba dinero, así que me pongo a ello.

Y me pongo a ello, porque la película me gustó; me gustó mucho. Es una peli a lo grande, grandes escenarios, grandes eventos, grandes decorados. Viéndola uno diría que se han gastado mucho, mucho dinero en hacerla bien, pero además, se nota que está hecha con mucho cariño. Es una historia en la que ocurren muchas cosas tristes, pero que desborda amor a raudales: amor por un hijo, amor por unos padres, amor por unos ideales, amor pasional y amor por las personas que nos rodean, con sus virtudes y sus defectos. Es de esas películas que te dejan un buen sabor de boca, a pesar de todas las vicisitudes por las que pasan sus protagonistas. Podéis leer a sinopsis en muchos sitios, como en su página web,así que no os aburriré con esos detalles.

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También tiene cosas flojas. Cuesta decirlo, cuando lees declaraciones de su director que demuestran el cariño que siente por la película,

“Y te pasas toda la proyección con un dolor de estomago impresionante, maldiciendo una y mil veces los errores que ves y que ya son inevitables, y según se acerca el final vuelven los sudores fríos, los latidos intensos, todos los miedos del mundo… pero si la suerte te sonríe y los aplausos inundan la sala, quieres morirte de felicidad, quieres irte a abrazar a todos, agradeciendo de corazón la tranquilidad que te producen y ya tienes otra vez metido en el cuerpo el veneno que te pide hacer la siguiente, y volver a morir en el intento.”

pero no sería justo contar solo las cosas buenas, ni para la película, ni para ti, lector, porque podrías crearte excesivas expectativas. Lo peor de la película se encuentra al principio; comete, de manera consecutiva una serie de errores básicos de guión: La película comienza con voz en off, luego los personajes se presentan a sí mismos cosa que dicen los profesionales que no se debe hacer, vemos un flashback demasiado largo  al que más tarde le sucederá otro y la acción se desarrolla en secuencias cortas y un poco a trompicones. Además, hay una serie de interpretaciones, como la del padre por decir solo una, que resultan demasiado teatrales. Todo ello hace que, al principio, cueste entrar en la peli. Pero hacia mitad de la película, la exquisita construcción de los personajes protagonistas con todas sus virtudes, defectos y contradicciones internas, las actuaciones de sus intérpretes (mención especial para Esther Regina e Isabelle Stoffel)y la trascendencia y la magnitud de la epopeya de la historia que nos cuenta, hacen que la historia te arrastre, haciéndote sentir participe en todo momento.

Sobre tender un puente de unión de las dos España, la película tira ligeramente al bando republicano, pero en todo momento se ve un claro esfuerzo por reflejar un punto de vista humano en ambos lados. La protagonista del bando nacional no se hace “buena” dándose cuenta de que la ideología republicana es “mejor”, y los republicanos no son almas puras, que es lo que más habituados estamos a ver en el cine español, y hacia el final de la película esos puentes que Carlos Iglesias pretende lanzar se ven más claros que nunca, y se asimilan de muy buen grado, por lo que en gran parte también consigue alcanzar  ese objetivo.

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La película además está acompañada por un vestuario y una dirección artística magnífica, una notable banda sonora, muy buena fotografía, muy buen maquillaje, y unos estupendos efectos especiales de esos que están, pero no se notan. Por todo ello, puedo asegurar que estamos ante una obra muy especial, y un pedazo de historia que tenía que ser contado, y que el corazón, el saber hacer de sus creadores y los medios empleados en ella, bien merecen una visita al cine, y una buena charla cuando salgamos de la sala.

Por último, una recomendación del director: antes de ver la película,indagar un poco sobre los niños de la Guerra, porque hará que el viaje sea mucho más intenso.

No dejéis de ir a verla.